Siempre he tenido algo con el sentir la piel y el calor de las personas que amo y se que el mencionarlo así suena aterrador pero no es nada que deba asustarles. Cada persona que llego a amar en mi vida desde mis padres hasta mis parejas sentimentales, siempre trato de mirarlas a los ojos y tocar su rostro para que quede grabado en mi memoria porque se que sus recuerdos en algún momento pueden desaparecer, como cuando vas por la calle y de repente tu nariz capta un olor que te transporta a un momento de tu vida, a un lugar, a una persona o a una cosa especial o simple gracias a ese aroma. Lo mismo pasa con el que siempre quiera acariciar a los que amo.
Que mejor recuerdo de alguien que un abrazo cálido, sus manos que se entrelazan con las tuyas o la suavidad y ternura de un beso.